En mayo de 2019, los artistas puertorriqueños Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla se dirigieron a Factum Arte con un ambicioso proyecto que implicaba la creación de una escultura de pino silvestre (pinus sylvestris) fosilizado de 14 metros de altura en resina y fibra de vidrio para la exposición Allora y Calzadilla: Spectres of Noon en la Menil Collection de Houston, Texas (26 de septiembre de 2020 - 20 de junio de 2021).

Factum Arte tiene una considerable experiencia en el trabajo con árboles: el Olivo de Autogrill, por ejemplo, encargado por el arquitecto Michele de Lucchi en 2014 para el nuevo Mercato del Duomo de Milán, supuso el registro fotogramétrico de un olivo real, que se rematerializó como modelo 3D y luego se fundió en bronce.

Esta vez, el trabajo consistió en buscar un pino silvestre de 17 metros de altura que pudiera servir para este fin. Este tipo concreto de conífera, además de ser conocido como el árbol nacional de Escocia, está vinculado al descubrimiento de las cuevas de Lascaux, en el centro de Francia, el 8 de septiembre de 1940: la entrada estaba oculta bajo las raíces volteadas de un pino silvestre, derribado por una tormenta veinte años antes de que Marcel Ravidat y su grupo de amigos hicieran el increíble descubrimiento.

Como había que cortar el pino y llevarlo a Factum, el primer reto fue encontrar un ejemplar seco de la altura deseada que además tuviera una interesante configuración de ramas. Se encontró un árbol adecuado en el Bosque Nacional de El Yunque, en la localidad de El Espinar, en Valle Hidalgo, y, con la colaboración de Valoriza Medioambiente y Sacyr, se taló, se despojó de cepellones y ramas y se transportó a la fundición de Coslada en cuatro partes.

Tras digitalizar el árbol mediante fotogrametría y crear un modelo en 3D, los artistas introdujeron algunas variaciones en la forma original del árbol: se cambió la ubicación de algunas ramas, se añadió una abertura en forma de V a la copa del árbol y se modificaron los cortes mecánicos para dar la impresión de que las ramas habían caído de forma natural. Se hicieron moldes de yeso y látex a partir del tronco original, que luego se utilizaron para crear piezas de fibra de vidrio recubiertas de resina acrílica y epoxi.

Los siguientes pasos se centraron en la textura de la corteza y la obra de arte en general, que se apoyó en una estructura interior de acero al carbono. El objetivo era obtener un efecto fosilizado y carbonizado que también se hiciera eco de las características originales del árbol: La corteza del pino silvestre es gruesa y áspera en la base, y adquiere naturalmente una textura suave a medida que el árbol crece en altura. La textura se consiguió mediante el uso de óxido negro y motas de mica; una capa final de cera permitió que el polvo de mica brillara, imitando la textura del carbón real.

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