Desde finales de la década de 1990, Sze ha creado intrincados montajes de objetos cotidianos que desdibujan los límites entre la pintura, la escultura y la arquitectura. En los últimos cinco años, ha reintroducido el vídeo en su obra para explorar la creciente afluencia de imágenes en nuestra vida cotidiana y examinar cómo su proliferación ha cambiado fundamentalmente nuestra relación con los objetos, el tiempo y la memoria.

La producción de Tracing Fallen Sky para la segunda exposición individual de la artista en la Fondation Cartier pour l'art contemporain ('Night into Day', 24 de octubre de 2020 - 31 de mayo de 2021) comenzó en enero de 2019, cuando Pedro Mirò digitalizó la maqueta de terracota tallada a mano de la escultura en el estudio de Sarah Sze en Nueva York, registrándola mediante fotogrametría. Los datos se utilizaron entonces para crear un modelo en 3D de la escultura, que podía escalarse según las necesidades, en este caso, para medir 205 x 80 x 78 cm.

Las 115 piezas individuales que componen la escultura se fundieron en acero inoxidable en la Fundición Fademesa a partir de los modelos impresos en 3D creados en Factum Arte, prestando especial atención a la parte superior de la pieza: la superficie perfectamente pulida se consiguió soldando una lámina metálica curvada a medida sobre la base fundida, uniendo las dos superficies sin costuras. 

[...] Circling the circumference of the building, the artwork leads to a second space where instead of looking up into a carved out sphere, visitors look down into a mirrored, concave, fragmented structure. Like a bowl of reflective water, the sculpture’s steel surfaces reflect slivers of surrounding images and objects – producing an unsettling and fractured landscape of shards and pieces, glimpses and refractions.
— from the Fondation Cartier pour l’art contemporain

 

 

 

El 19 de octubre de 2020, se retransmitió en directo en las redes sociales una visita a la exposición, en la que el filósofo francés Bruno Latour se unió al artista en un paseo-conversación por las instalaciones. Aunque la Fondation Cartier estaba cerrada el 29 de octubre debido a las restricciones de COVID-19, esta perspicaz conversación fue una gran oportunidad para disfrutar de la exposición de forma virtual.