Este trabajo, encargado por el artista para la Bienal de Sharjah de 2019, inicia su existencia con el descubrimiento casual en Damasco, en una tienda de fotografía de segunda mano, de un montón de negativos de gelatina de plata, apilados en una polvorienta bolsa blanca de plástico escondida en un rincón. El contenido consistía en una serie de retratos de estudio, realizados entre los años 1950s y 1970s. Sarkissian, sensible a la belleza única de estos viejos negativos que, sin ser de la más alta calidad, representan individuos del pasado, al tiempo que "permiten vislumbrar algo del mundo que crearon y del tiempo en que vivieron, las características de una era que se ha evaporado del presente y que prevalece en las imágenes", como el artista comenta.

Una imagen de esta colección, fue seleccionada por Sarkissian; se trata del "busto de una mujer en la flor de la vida mirando a lo lejos, hacia lo desconocido", que se entregó a Factum Arte para ser digitalizada y ampliada (manteniendo sus proporciones), para transformarla en un objeto escultórico de gran formato, con unas medidas de 113 cm de ancho, 193,5 cm de alto y 8 cm de grosor. Se digitalizaron anverso y reverso del negativo empleando el escáner 3D de Factum, Lucida. Se puso mucha atención en registrar, siguiendo las indicaciones precisas del artista, cada arañazo por pequeño que fuese y cada mota de polvo. Asimismo, se realizaron digitalizaciones de alta resolución para registrar los verdaderos colores de las fotografías.

Se realizó una fase previa de pruebas, realizando fresados CNC de la pieza en resina acrílica, para poder tanto analizar la transparencia de la pieza, como la relación entre la resolución del archivo digital y del resultado fresado. El resultado de estos ensayos, llevó a la conclusión de que sería necesario imprimir en acetato y laminar la impresión entre dos piezas fresadas de resina acrílica de 40mm de grosor. Este proceso se remató con un retoque final de barniz, aplicado para proteger la superficie y crear una película más transparente.

De manera complementaria, Factum colaboró en el diseño de un plinto de cemento, destinado a sustentar la escultura y que fue construído directamente en Sharjah.